Las leches sin lactosa cada vez son más y se promocionan como la alternativa ideal para cuidar la salud, proteger el proceso digestivo y evitar indigestiones, sin embargo, ¿realmente son la mejor opción?
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir de forma normal, sin tener síntomas gastrointestinales, la lactosa que es el azúcar que naturalmente presenta la leche. Esta intolerancia se debe a la ausencia en el organismo o el déficit de una enzima denominada lactasa, de allí que muchos casos se resuelven con la ingesta de pastillas que contienen lactasa.
Cuando nacemos tenemos grandes cantidades de lactasa, aunque muy rara vez por causas genéticas ésta no está presente en el organismo. Con el tiempo se reduce la cantidad de esta enzima y por ello, podemos sufrir una intolerancia a la lactosa con el paso de los años.
Esta enzima llamada lactasa es en gran medida dependiente del sustrato, por lo tanto, cuanto más lactosa ingerimos menos probabilidades hay de que falte esta enzima en el organismo y de que tengamos intolerancia a la lactosa.
También puede producirse un déficit de lactasa después de la toma de medicación o enfermedades como puede ser una gastroenteritis aguda.
(Artículo de los compañeros de VITONICA)
En todos los casos la ingesta de este azúcar propio de la leche genera síntomas como hinchazón abdominal, flatulencia, diarrea y hasta irritaciones intestinales, por lo que, la mejor solución como en otras intolerancias es evitar su consumo.
Es importante distinguir intolerancia a la lactosa de alergia a la leche pues en este último caso el sustrato que genera reacción es la proteína y no el azúcar de la leche.
Leche sin lactosa, ¿realmente más sana?
Para quienes sufren intolerancia a la lactosa, sin duda la leche sin lactosa es la mejor opción para poder evitar los síntomas asociados a la misma. Sin embargo, no es más sana ni más ligera, ni más recomendable si en nuestro organismo tenemos lactasa o lo que es igual, si podemos digerir perfectamente la lactosa.
Como hemos dicho, si no consumimos lactosa y no somos intolerantes a este azúcar, podemos provocarnos un déficit de lactasa que con el tiempo sí nos ocasione una intolerancia progresiva y reversible a este azúcar.
Entonces, no es la mejor opción para todos, sino únicamente para quienes tienen intolerancia a la lactosa que según la Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España sólo representa el 15% de la población.
La leche sin lactosa es la mejor opción para quienes tiene intolerancia a la lactosa, pero no es más sana, más ligera ni más digestiva para quienes no sufrimos esta enfermedad.
Además, la leche sin lactosa no tiene menos calorías ni es reducida en azúcares sino que para que sea apta para intolerantes a la lactosa se le añade la enzima lactasa, no se le quita el azúcar que además, no es un azúcar añadido que daña la salud sino un azúcar natural de la leche.
En definitiva, la leche sin lactosa no siempre es la mejor opción ni es más sana si no padeces intolerancia a la lactosa, sino que su marketing intenta vender este producto siempre más caro que la leche tradicional aun cuando no la necesitamos ni nos beneficiamos con su consumo, sino que podemos sufrir el efecto contrario.
A continuación compartimos una sencilla explicación en vídeo que resume lo antes dicho: la leche sin lactosa no es la mejor opción ni la más sana para todo el mundo.
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